Un ambiente laboral sano promueve la satisfacción individual, las relaciones armónicas y la posibilidad de modificar el ambiente social, sin embargo, no hemos dejado de escuchar que el sector gastronómico sigue fuertemente golpeado por la pandemia del COVID poniendo fin a cualquier intento de superación. Muchos son los locales que elaboran alimentos y terminan cerrando sus cortinas para siempre, poniendo en riesgo la estabilidad emocional de los trabajadores. Otra pandemia más silenciosa, de la que pocos hablan o se atreven a compartir, es la referida a la salud mental. En las últimas estadísticas emitidas por Ipsos, Chile se ubica con el mayor aumento de enfermedades mentales a un año del coronavirus dentro del registro mundial, y no es la excepción, puesto que la mayoría de los países han visto crecer sus cifras. No es incomprensible entonces que el 28 de abril en el Día Mundial de la Seguridad y Salud en el Trabajo, la Organización Internacional del mismo haya dedicado este capítulo a desarrollar estrategias para la resiliencia en circunstancias de crisis.
Esta última corresponde a la capacidad de sobreponerse a las adversidades y adaptarse a las nuevas situaciones, posibilita el crecimiento y el desarrollo del potencial de quienes la ejecutan, por esta razón, la OIT aprovecha la oportunidad para sensibilizar a la opinión pública y estimular el diálogo sobre la importancia de crear e invertir en sistemas que proporcionen salud y bienestar en el trabajo. La invitación es a enfrentar retos de manera unida y creativa en las áreas laborales.
De esto sabe la chef Telma Shiraishi a cargo de la transformación del restaurante japonés Aizome, con 13 años de antigüedad ubicado en Sao Paulo, Brasil, país con el mayor número de contagios y de muertes por Covid-19 en Latinoamérica. Le ha dado nuevos aires al local y seguridad a sus trabajadores volcando la mitad de los esfuerzos en llevar comida a las favelas. También el colectivo Comer Contigo, iniciativa solidaria junto a chefs barceloneses que entregan comida a quienes más lo necesitan. O más cerca, en nuestro país con la entidad Comida para Todos que ha logrado reunir a cocineros de distintos restaurantes como el 99, Café San Juan, La Cava del Sommelier entre otros, quienes gestionan las ollas comunes en diferentes partes de la región.
Todos ellos han demostrado como una organización laboral que trabaja para el bien de otros puede encontrar los caminos para sobreponerse a la adversidad mejorando su productividad y el nivel de satisfacción de los trabajadores, porque en la cultura de ayudar se encuentra el detonante fundamental de los tres pilares de la resiliencia: comprender el problema, saber comunicarlo y encontrar la mejor solución para enfrentarlo.
Quizás las organizaciones deban practicar el UBUNTU, palabra de la lengua sudafricana, que celebra la humanidad y la bondad hacia los demás. Las pequeñas acciones de amabilidad pueden contribuir considerablemente al propio bienestar. Hoy la cocina parece demostrar que el dicho “Haz el bien para sentirte bien” es un camino para no decaer y vislumbrar el futuro.
Cuida tu salud mental; conversa con otros, cambia, reconecta, el mundo te espera.
Marcela Alarcón L.
Docente Culinary