Porque la práctica hace al maestro, es lo que Culinary busca generar en sus alumnos a través de sus talleres 100% prácticos.
Durante 2 días y 8 horas cronológicas a la semana, los futuros profesionales de las artes culinarias se preparan, aprenden, ensayan, se equivocan y corrigen sus técnicas para aprender todos los secretos dentro de una cocina.
Javiera Soto Evans, estudiante de Administración de Artes Culinarias y Servicios, nos cuenta al respecto sobre la importancia que tiene la práctica dentro de su carrera. “Culinary nos entrega una formación con muchas horas prácticas de taller. Lo que es algo súper necesario por tratarse de una carrera profesional que, casi en su totalidad, se aprende a través de la práctica constante. Estamos una y otra vez haciendo cosas para que nos salgan bien, y en los talleres es el escenario para hacerlo”.
La estudiante, además de indicar la importancia de la práctica dentro de los talleres, reconoce el rol que los chefs instructores juegan en las clases prácticas. “los instructores siempre están con nosotros, apoyándonos, supervisándonos y atentos a corregirnos en el momento. Tenemos todas las facilidades para trabajar en los talleres; y éstos están completamente equipados. Hay de todo, lo que nos ayuda a seguir complementando nuestro aprendizaje a través de la práctica”.
“Un punto importante, tiene relación a la cantidad de alumnos de que estamos en taller. Es reducida. Por lo que, aprovechamos al máximo las cuatro horas diarias durante dos días a la semana que estamos cocinando. De esta manera, recibimos una educación más personalizada como estudiantes, y los chefs instructores pueden detectar nuestras falencias y fortalezas. Podemos preguntar de todo justo en el momento que están sucediendo las cosas”, concluye Javiera Soto Evans.