Juan José Orueta, es egresado de Culinary, emprendedor y creador de La Obra Heladería Artesanal, la que lo tiene posicionado entre los 25 mejores heladeros de Latinoamérica, según el Gelato Festival World Masters. En esta entrevista, nos comparte su visión sobre los aspectos técnicos y creativos que existen detrás de su innovadora propuesta de helados artesanales, porque no todo es miel sobre hojuelas. Cómo la formación académica de Culinary influyó en su enfoque y qué consejos ofrece a los futuros emprendedores que buscan dejar su huella en las artes culinarias quedan como registros en esta conversación. Para Orueta, la heladería artesanal es mucho más que un negocio; es la “industria de la felicidad”.
¿Qué aspectos técnicos consideras esenciales para desarrollar productos tan innovadores y de calidad como los helados artesanales que te tiene entre los top 25 de Latinoamérica?
Mi vida entera se ha basado en los sabores. Desde pequeño viví rodeado de viñedos, animales y chacras. Cada recuerdo que tengo está asociado a un aroma, a un sabor a una emoción generada a través de las propiedades de un alimento.
Basándome en esto, creo que el aspecto más importante es conocer y reconocer lo que quieres manipular para crear algo único, innovador, con sentido, que así vaya a generar algo más en las personas que solo el acto de comer.
El reconocimiento que obtuvimos fue en el Ranking del Gelato Festival World Masters, al trabajo del Heladero Artesano, a los aportes que hemos estado haciendo con mi equipo a través de la investigación, el desarrollo y de compartir lo que somos, sin secretos, a todos quienes se acercan a conocer La Obra.
No creo que seamos la Heladería N° 23 del mundo; no creo que exista “La mejor heladería del mundo”. Si creo en las propuestas de calidad, que tienen consecuencias en base a sus acciones estratégicas. Solo quiero entregar a las personas, lo mejor de mí para darles felicidad. La Heladería Artesanal, es la industria de la felicidad.
¿Cómo crees que influyó tu formación académica en la innovación dentro de la industria del helado artesanal?
La verdad me siento bastante afortunado por mi formación. Creo que pertenezco a una de las generaciones que tuvieron los docentes más rigurosos y con mayor experiencia de los que han pasado por Culinary. Siempre los recuerdo con alta gratitud, y cuando puedo mencionar algo de mi comportamiento, que tiene su origen y se remonta a esos años, lo hago con mucho orgullo. Claramente existen pilares que vienen de ahí, de mis prácticas, profesores, compañeros.
Si pudieras darle un consejo a los estudiantes actuales de Culinary que sueñan con innovar en las artes culinarias y te ven como un referente, ¿cuál sería?
Hay una frase que siempre me ha inspirado, de Danny Meyer, fundador de Shake Shack: “Business, like life, is all about how you make people feel. It’s that simple, and it’s that hard“.
Busquen algo que les dé un propósito infinito, que la pasión por ese algo sea tan fuerte, que cada día los haga levantarse entusiasmados y lo hagan con la misma energía que el primer día.
Trabajen siempre con respeto, empatía, humildad. No siempre será fácil mantenerte en equilibrio, acepta que la vida es así, dinámica. Sin embargo nunca te rindas, el éxito es consecuencia de la perseverancia, el sacrificio, la constancia, la disciplina, y el amor con el cual haces las cosas. El éxito es muy ambiguo, identifica con qué tipo de éxito te sientes reflejado, ve por él, y disfrútalo cuando llegue.
Aprende a comunicarte, las palabras siempre se transforman en compromisos y expectativas, se claro en tus relatos. No hables de realidades que no puedes manejar o que ignoras. Nunca dejes de aprender, nunca es tarde, el cielo es el límite. Les deseo lo mejor; cada uno es dueño de su propio destino.