El gusto por rodearse de gente y la vocación de servicio, fueron algunas de las motivaciones que llevaron a Constanza a seguir una carrera ligada a la hospitalidad.
“Histriónica, enérgica y enamorada del aire libre”, son algunos de los rasgos que definen a Constanza Riveros, la joven de 23 años oriunda de Los Ángeles y estudiante de último año de Administración de Empresas Hoteleras y Servicios, quien conversó con nosotros para retratarnos su experiencia en Chile, España y México en el contexto de sus prácticas profesionales.
Pero cómo llegó Constanza a estudiar una carrera no convencional. “Cuando estaba en tercero medio tuve algo así como “una crisis existencial”, y un amigo llegó a comentarme sobre las carreras de turismo. Siempre me gustó conversar con la gente y pensé, el servicio al cliente podría ser lo mío; además me gustaba viajar y me dije ¿hotelería?, fue así como llegué a Culinary”.
Chile y el extranjero
El gusto por rodearse de gente y la vocación de servicio, fueron algunas de las motivaciones que llevaron a Constanza a seguir una carrera ligada a la hospitalidad, pero sus motivaciones tenían que ser puestas a prueba. Es así como llegó a su primera pasantía profesional en la Reserva Ecológica de Huilo-Huilo. “Estuve a cargo de la recepción, y mientras más avanzaba el tiempo fui adquiriendo nuevas responsabilidades. Fue sin duda, una de las mejores experiencias que he tenido en mis prácticas. La culminé, me ofrecieron contrato y trabajé todo el verano”.
Sin duda la experiencia en la Reserva Biológica resultó enriquecedora para la joven de 23 años. Sin embargo, las motivaciones por seguir aprendiendo y nutrirse de otras culturas, la llevaron está vez a cruzar el Océano Atlántico para enfrentarse a su segundo desafío profesional, esta vez en Barcelona, España; precisamente en el Hotel de cinco estrellas, Gran La Florida.
“Quería conocer la cultura europea, y fue una de las prácticas donde más he aprendido técnicas protocolares”, señaló Constanza, al ser consultada del porqué recorrer cientos de kilómetros para enfrentar su primera pasantía internacional, experiencia que la llevó a desempeñarse como anfitriona. “Recuerdo que a los belgas le gustaba mucho que los atendiera un latinoamericano, los consideraban más cálidos y amigables; a diferencia del europeo, que era más distante y frío”.
Chile y España, habían sido los países donde la oriunda de la octava región había decidido experimentar y emprender. Pero faltaba una última instancia para Constanza ¿cuál sería está vez? El país elegido, fue México, la tierra del tequila y las rancheras.
“El latino tiene un tipo de servicio muy distinto. La gente se diferencia por la buena onda que tienen y te hacen sentir como si estuvieses en casa”. El lugar escogido por Constanza fue el Hotel Grand Sirenis Riviera Maya, donde la estudiante tuvo la oportunidad de poder interactuar con más de 2500 huéspedes que se alojaban ahí. “Aparte de ser un lugar muy bonito, aprendí mucho por el volumen de personas que transita provenientes de todos los rincones del mundo, nunca había visto tanta variedad de público”.
La experiencia estando fuera de Chile
Salir del país trae consigo múltiples oportunidades, si de experiencia laboral se trata. “No hay mejor manera de aprender que estando afuera, obtienes otros puntos de vista, te abre la mente y genera independencia. Si lo haces, tienes que adentrarte en su cultura y con su gente, será la mejor forma de darte cuenta que cada país tiene su propia formar de pensar”.
Constanza recuerda con júbilo una anécdota que sufrió con una “colega” salvadoreña que se encontraba trabajando con ella en España. “Conocimos unos abuelitos e intentamos que sus vacaciones fuesen los más amena posible. Después de mucho tiempo, ya había terminado mi práctica, y mi amiga me comentó que había llegado una postal al Hotel”.
“La postal decía, “muchas gracias por hacer de nuestras vacaciones las mejores de nuestra vida”, la misiva había sido redactado por puño y letra por los abuelos, para Constanza significó uno de los “mejores regalos que en la vida alguien te puede dar. Sin duda, son las propinas que más valen”.
El paso por Culinary
Riveros es categórica al señalar que eligió Culinary por el “enfoque administrativo que tiene la carrera, además de los ramos que no están en otras partes, lo que hacen tener una base más amplia de las distintas áreas en las que te podrás desarrollar como profesional”.
“Mi paso por la institución ha sido bueno y en confianza. El ambiente es súper ameno. Poder saludar a la gente que se desempeña en la institución, que te escuchen y que puedan brindarte una ayuda, es bonito y gratificante”, concluye Constanza Riveros.