Conocimos a “Conty”, quien nos contó cómo ha transcurrido su camino profesional ligado a sus propios emprendimientos en el arte del azúcar y el chocolate.
Oriunda de Santiago, Constanza Ayestarán, es la responsable de dar vida a las creaciones en “The Cookie Factory”, empresa nacida en 2017 que se dedica a la elaboración de galletones personalizados en formato de pizza. “La idea viene de Colombia, y es un tema que se encontraba muy de moda. Junto a mi socia de ese entonces –quien fue la responsable de traer la idea- iniciamos el proyecto”.
Un formato diferente
The Cookie Factory ofrece para los amantes del azúcar y el chocolate, la experiencia de poder elaborar según el gusto del propio consumidor un entretenido y personalizado galletón en formato de pizza. “En un primer momento pensé que no funcionaria, pero gracias al marketing llevado a cabo, el proyecto se fue por las nubes. En la actualidad, nuestro público es muy diferente del que alguna vez pensamos” explica Constanza. “Los galletones se han canalizado en un público adolescente, siendo mismos papás los que encargan nuestros productos para sus hijas”.
“En The Cookie Factory, puedes armar tu galletón a tu pinta. Debes entrar a nuestra página web. Una vez dentro del sitio, elige la base y el tamaño; después la cobertura y los toppings; para finalmente agregar una dedicatoria si lo estimas conveniente”, señala Constanza.
Los productos han sido adquiridos para los más diversos fines, desde pedir pololeo hasta celebrar alguna festividad como aniversario o cumpleaños. Constanza explica que existen dos modalidades para distribuir su producto: retirarlo en el local o despachado a domicilio.
A pesar de llevar poco tiempo en el mercado, The Cookie Factory ha logrado un crecimiento sustancial en menos de un año. “En un principio fuimos dos las personas que empezamos el proyecto; sin embargo, y con el pasar del tiempo, nos hemos hecho un poco más conocidos y se ha integrado nueva gente”.
Su primer emprendimiento
Antes de probar suerte con The Cookie Factory, Constanza emprendió en 2012 a través de una pastelería virtual, llamada “Dulce Tentación”. “No tenía un local físico, pero ofrecía mis productos por internet. Después me enfoqué en matrimonios y el catering, donde tuve la posibilidad de trabajar con grandes empresas”.
Atrévanse
A sus 29 años, Constanza ha logrado liderar dos emprendimientos desde la vereda de la pastelería. “Me encanta haber emprendido porque puedo tomar mis propias decisiones y manejar mi tiempo. Como todo tiene ventajas y desventajas, pero según mi punto de vista, son más pro que contras”, explica.
“Es difícil pero no imposible. Lo único que les puedo decir es que tengan paciencia ya que cuesta que esto prenda en un primer momento. No crean que funcionará de un día para otro, existirán problemas, pero no se “echen a morir” porque todo tiene solución”.
Sobre Constanza
La exalumna de Administración de Artes Culinarias y Servicios, cuenta que su cariño por la pastelería nació durante la época estival. “Recuerdo que un verano en Santiago empecé a cocinar, pero solo cosas dulces. Fue en ese momento cuando me sugirieron estudiar una carrera ligada a la gastronomía. Hasta ese momento no lo había pensado, pero me sirvió para darme cuenta que esto me gustaba”.
Constanza conoció los programas académicos de Culinary gracias a las ferias vocacionales que su colegio organizaba. “Mirando la malla la encontré completa”, señala.
Su paso por la institución, lo define como “satisfactorio. La infraestructura de Culinary es muy buena, y al ser una institución pequeña todos se conocen. Siempre tuvimos de todo en el taller, y las materias con las que trabajábamos era de muy buena calidad”.