De Culinary al retail: la receta de éxito de Tomás Carey y D’Fab

Tomás Carey, titulado de Culinary en 2008, comenzó su carrera en la cocina de un restaurante en Barcelona, donde soñaba con trabajar en un restaurante con estrella Michelin. Al regresar a Chile, se sumó a la empresa familiar, pero pronto descubrió que su vocación lo impulsaba a crear algo propio.

En 2014, junto a Jorge McKay, exdueño de La Fête, fundó D’Fab. El proyecto comenzó de manera muy ambiciosa con una fábrica de elaboración de productos frescos que abastecían a dos locales con alto flujo de público e incluso fundaron una heladería en Calama.

Cuatro años más tarde McKay se retiró para enfocarse en sus otros negocios y la familia Carey tomó el control. Tomás trajo a su hermano Felipe, ingeniero comercial, y enfocaron la estrategia en potenciar la fábrica haciendo maquila de alimentos. “Nos dimos cuenta de que los locales eran caros y que la fábrica estaba subutilizada. Dijimos: hay que darle flujo”.

Ese cambio los llevó a su primer gran contrato B2B: Starbucks. “Fue de un día para otro: pasamos a hacer millones de ensaladas y productos para 147 tiendas. Era estresante, pero aprendimos a jugar en primera división”, recuerda Tomás. El crecimiento también les abrió las puertas de Work/Café Santander, consolidando el despegue de la empresa.

Sin embargo, en marzo de 2020, la pandemia cambió todo. “En un día pasamos a ventas cero, con stock y 60 empleados”. Lo que parecía un final se transformó en el punto de partida de una reinvención. D’Fab cerró todos los locales para convertirse de lleno en una fábrica de alimentos para retail, con productos frescos como pizzas, lasañas y preparaciones listas para supermercados.

Hoy, D’Fab está presente en Walmart y Cencosud, con un equipo de más de 30 personas. Para Tomás, más allá del crecimiento comercial, el verdadero orgullo está en quienes lo acompañan: “Ver a gente que empezó conmigo en cocina y hoy dirige áreas de la planta es lo más bacán. Tenemos muy poca rotación porque la gente se queda. Eso habla bien de lo que hemos construido”.

El futuro lo visualiza con ambición, pero con los pies en la tierra: “Me encantaría ver más productos D’Fab en supermercados, no solo en Chile, sino en toda Latinoamérica”.

La historia de Tomás Carey y D’Fab es un testimonio de resiliencia, visión y excelencia. Un ejemplo de cómo la formación de Excelencia en Culinary impulsa a sus egresados a innovar, emprender y liderar proyectos que impactan a la industria de las Artes Culinarias y al desarrollo económico del país.

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